García Garcés es un joven campesino aragonés, soñador y contador de historias, que vive la mayor aventura de su vida entre los años 1302 y 1311, en una de las épocas de mayor expansión y esplendor de la Corona de Aragón. Sin madre- murió al darle la vida-, con un padre ausente ¿lucha como almogávar mercenario en tierras otomanas-, bajo la custodia de unos abuelos ¿almogávares luchadores como su padre- deseosos de que continúe la tradición de los habitantes de Santa María de Carcabiello, un día se enamora de Viola, hija del Barón de Goreia, señor de la comarca, a quien todos rinden tributo: un amor imposible en una época de nobles y vasallos.
La precipitada huida para escapar de la cólera de Don Lope de Goreia le lleva primero a Port_Fangos, en la costa mediterránea; conoce a Roger de Llúria y consigue embarcar rumbo a Sicilia, donde cree que está su padre, para desde allí dirigirse a Constantinopla. En la capital del Imperio Romano del Oriente encuentra a su padre y se ve abocado a luchar como almogávar ¿sin querer? en un sinfín de gestas heroicas bajo las órdenes de Roger de Flor.
El recuerdo de Viola permanece vivo a lo largo de su prolongado exilio. Por fin, cuando vuelve victorioso a su pueblo natal, convertido en gran señor y heredero de las riquezas del asesinado Roger de Flor, ella no reconoce en él al Garcés soñador de antaño y lo rechaza. Pero no todo termina ahí.